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Plummeting audience numbers fuel calls for government assistance as famed tablaos struggle to survive



Flamenco dancer Lisi Sfair performs at Cardamomo, one of few tablaos still open. Photograph: Denis Doyle/The Guardian


Alittle after 7.30pm on Wednesday night, a small crowd gathered in a dark, brick-lined bar in central Madrid to sit at candlelit, socially-distanced tables and lose themselves for an hour in the sweat, shouts and blurred hands, hems and heels of a flamenco show.

The 16 people in the audience at the Cardamomo tablao, or flamenco venue, were in luck – but then so were the eight performers on stage. Neither flamenco’s iconic place in Spanish culture nor its global status as part of Unesco’s list of intangible cultural heritage of humanity has spared it the pains and penalties of the Covid pandemic. Seguir leyendo...

24 MAR 2021 / 08:04 H - ACTUALIZADO: 24 MAR 2021 / 08:08 H.



Me quedo pasmado leyendo a gente de la Cultura, o eso creía, que estarían encantados de que desaparecieran los tablaos porque piensan que son tan del franquismo como los pantanos, y no es verdad. En los cuarenta años de la dictadura se abrieron tablaos en toda España, claro que sí, y también se crearon la mayoría de los grandes festivales de flamenco del país, que siguen celebrándose. Sí, los ayuntamientos franquistas. No solo los festivales, sino las mejores peñas flamencas, los concursos nacionales, los congresos de flamenco, las semanas de estudios sobre este arte, etc. Un tablao de los cincuenta no era sino una réplica de un café cantante del XIX. Un local donde se iba a comer y a beber mientras disfrutabas de un buen espectáculo de flamenco. Todos los grandes artistas han pasado por estos locales, lo mismo en el XIX que en el pasado siglo. Hay quienes piensan que en un tablao se denigra al intérprete flamenco, sin saber que... Seguir leyendo

La familia ha decidido solicitar el concurso de acreedores para el emblemático local de flamenco, que lleva un año cerrado por la pandemia



Por C. Villar 23/03/2021 - 05:00

Mucho antes de que el tenista Fernando Verdasco se dedicara al tenis profesionalmente, el apellido Verdasco era ya muy conocido en Madrid. La familia del popular deportista era famosa por derecho propio, tras haber perpetuado y sacado adelante varios negocios de restauración a lo largo de cuatro generaciones, negocios y locales que a día de hoy son una institución en la capital. Suyo es el centenario La Bola, por ejemplo, donde el cocido madrileño se escribe con letras doradas. Pero a ellos, como a todo el sector, se les ha atragantado la pandemia. Tal y como publicó el INE recientemente, miles de empresas han llegado al agotamiento financiero y...

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